Entre los innumerables espermatozoides muertos y disueltos en la tela, se descubrió a uno vivo de características fuertes y monstruosas. Poseía cuatro colas y dos pares de inexplicables patas flectadas a la manera de los arácnidos, su tamaño se calculó en una proporción de tres espermios normales y su tinte oscuro permitió, desde un principio, diferenciarlo de los demás.
Escrito por J.Mora
Muy difícil hubiera sido imaginar que uno de los hallazgos de la investigación científica, citado en la revista de medicina estadounidense “Colegal” en 1991, por el doctor Joshua Karey, terminaría por sembrar el terror en la población femenina mundial. Karey afirmo estar en presencia de una criatura extrañísima y sin precedentes en la historia de los descubrimientos científicos. Sin embargo, se equivocó, al decir que se trataba de un animal inofensivo y que revestía tan sólo un carácter curioso. El hallazgo fue hecho en el cadáver estrangulado de un adolescente iraquí, en la ciudad de Godya, al oeste de Turquía. La policía y peritos abocados a la tarea de describir al asesino tras alguna pista en el cuerpo y lugar de los hechos, revisaron el cuerpo en forma minuciosa tomando muestras de cabello, saliva, sangre, residuos de las uñas y objetos en general. La sorpresa apareció ante los investigadores al observar restos de semen encontrados en el pantalón del niño asesinado, que más adelante quedaría claro, pertenecían a la propia víctima, cuya eyaculación se habría producido al momento de ser estrangulado. Entre los innumerables espermatozoides muertos y disueltos en la tela, se descubrió a uno vivo de características fuertes y monstruosas. Poseía cuatro colas y dos pares de inexplicables patas flectadas a la manera de los arácnidos, su tamaño se calculó en una proporción de tres espermios normales y su tinte oscuro permitió, desde un principio, diferenciarlo de los demás. Más o menos esta fue la información aparecida en la revista norteamericana, junto con la cual aparecían una serie de juicios del docto Karey, que de alguna u otra forma presentaban el hecho como una humorada de la investigación. El espermio Godya, en 1992 (así se llamó por las obvias razones), había sido descubierto en más de 200 hombres de diversa procedencia y era objeto de miles de investigaciones que comenzaron muy pronto a definir algunas de sus facultades más sobresalientes, de las que la más importante es, sin duda, su increíble olfato para ubicar y fecundar al óvulo femenino, pudiendo avanzar hasta unos 20 cms. Por ahora sin que la rudeza de ningún ambiente o temperatura puedan detenerlo. En una prueba de laboratorio, el espermio fue puesto sobre una superficie porosa y seca sin recibir ningún estímulo. Se comprobó que el pequeño animal daba vueltas sobre su propio eje en una actitud hiperquinética, luego, en un vidrio, se ubicó a unos 10 centímetros un óvulo, en menos de 20 minutos se produjo, ante el horror de los investigadores, la buscada fecundación. El espanto comenzó a ocupar el mundo femenino, ya que comenzaba a producirse una verdadera epidemia de embarazos sin explicación. Miles de casos ocuparon las consultas de los médicos y las páginas de los periódicos. Investigaciones alemanas terminaron de confirmar la potencia del animal, cuya hambre de fecundar podía cruzar camas, hasta habitaciones, trepar ropas, cruzar el agua de una piscina o del mar para llegar así a embarazar a mujeres que incluso nunca habían tenido una experiencia sexual. El ataque de neurastenia colectiva terminó de desatarse, cuando estudios norteamericanos confirmaron la horrible sospecha: El espermio Godya estaba presente en toda la población masculina y se desarrollaba bajo la influencia de algunos ambientes, exposición a ciertos gases y la ingestión de ciertos alimentos como la mayonesa. No faltaron quienes presentaron a Godya como el hijo mortífero de la contaminación. La cura parece imposible, ya que rastrear las eyaculaciones de todos los sujetos es una tentativa difícil de realizar. Sin embargo, ya hay países que están aplicando leyes severas en contra de los eyaculadores irresponsables. Otros países, como Francia, están dando auge nuevamente a los cinturones de castidad, única forma posible de que Godya choque y se vaya. Existen personas que ven en Godya un símbolo de la virilidad y han creado sectas y religiones. Otros movimientos, entre ellos el feminista, han declarado que Godya es el verdadero anticristo, el símbolo de la maldad. Lo que nadie sabe es cómo morirá Godya, si es que muere alguna vez. Por ahora, todos están ocupados en defenderse, un ejemplo de ello son las protecciones de todo tipo que han instalado las monjas en los conventos, porque después de todo Godya sigue siendo invisible y efectivo.
FLASH: Un atentado perpetrado en una institución de niñas, ubicado en España, firmado por la tristemente célebre ETA, dejó la cifra de 23 adolescentes embarazadas. La causa: un tubo arrojado en un recreo al establecimiento, que contenía 30 Godyas. Las amantes infieles y las niñas descuidadas han utilizado provechosamente a Godya. Ya que en el mundo no existen embarazos sin que Godya aparezca como el primer culpable: ¡fue Godya, mi amor!...
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